2023/09/02
Un gato negro en la mitad de la carretera nos recibió el pasado sábado por la noche al llegar a San Gabriel, en el Cajón del Maipo. Menos mal que Vicente reaccionó rápido y me aseguró que este era un buen presagio, porque de lo contrario me hubiera asustado bastante con las huellas de puma que vimos minutos más tarde.
Tras este comienzo de ruta más o menos extraño, el plan siguió según lo previsto, llegando a vivaquear a la planicie en algo menos de dos horas. La noche no fue especialmente agradable con nosotros, ya que se trataba de un lugar muy expuesto al viento, y pese a que no corría casi, se sintió el frío hasta el amanecer. Fue entonces cuando se nos presentó el San Gabriel.