2022/11/26

Una de las cosas que más me llamó la atención la primera vez que llegué a Santiago allá por el año 2.015 fue lo cerca que se veía (y sentía) la cordillera de los Andes. Observando al este de la ciudad se levanta una enorme muralla de cerros por encima de los 3.000 metros, y justo detrás, imponente, el Apu Wamani o Plomo, guardián del valle. Es por esto, entre otras cosas, que se considera a Santiago como una de las grandes ciudades del mundo con mayor acceso a la alta montaña.