2022/09/02
Salida de última hora para intentar ascender el volcán Sierra Nevada. Una experiencia un tanto frustrante, ya que no tuvimos ni la más mínima oportunidad de acercarnos a la cima.
Salida de última hora para intentar ascender el volcán Sierra Nevada. Una experiencia un tanto frustrante, ya que no tuvimos ni la más mínima oportunidad de acercarnos a la cima.
Desde que estacionamos la camioneta nos enfrentamos a una nieve muy blanda, en la que abrir huella no sirve de mucho. Paso tras paso y uno por uno nos vamos hundiendo hasta las rodillas, y nos cuesta demasiado avanzar.
Ni siquiera llegamos a ganar altura, nos quedamos atrapados en el fondo del valle, donde seguir la dirección correcta nos resulta difícil. En época estival es posible avanzar todo este tramo de tan solo 4 km en vehículo 4x4 en pocos minutos, pero a nosotros nos lleva más de 4 horas hacerlo caminando.
A media tarde, antes de que se esconda el sol y tras un tímido intento de acercarnos al filo, decidimos pasar noche allí mismo, en medio del supuesto sendero. No hace falta hablarlo entre nosotros, la cima del Sierra Nevada tendrá que esperar.
De ahí sale una breve pero intensa reflexión, “la montaña siempre estará ahí… ¿pero y nosotros?”.
Pasamos otra fría noche más vivaqueando en la nieve, y nos despertamos sin prisa. El camino de vuelta al menos nos regala una bonita vista del vecino volcán Lonquimay, y la refrescante sensación de estar enterrados hasta la cadera constantemente.